Confesiones

Ya se que a veces soy seca, arisca y que acontecimientos del pasado me han vuelto desconfiada y más bien tirando a fría. Pero no se, es que hay veces en que me canso de la gente, de situaciones de película que no hay dios que entienda o pueda explicar cómo se llegaron a ellas. Estoy cansada de gente prepontente, nunca me cansaré de repetir que me gustan las personas sencillas y más bien tirando a humilde. Estoy cansada de gente que no te deja hablar y que sobretodo no escucha. Vale, yo no paro de interrumpir a las personas, mea culpa, pero entre interrupción e interrupción les dejo expresarse. Pero sobretodo y ante todo, estoy cansada de las imposiciones. Vamos a ver, ¿por qué un mindundi de tres al cuarto me tiene que imponer nada?

Eru, ¿seré yo que exagero? Probablemente. ¿Seré yo que como consecuencia de "aquello" ya no pueda ilusionarme con las personas? Me temo que sí. Esto me entristece mucho. Demasiado. Pero tengo miedo. Miedo a volver a decepcionarme. Tengo miedo de llamar a alguien amigo y que me traicione y volver a sufrir. Creo que en estos últimos años de mi vida he sufrido demasiado a causa de estas cosas y simplemente tengo miedo. No es justo por la gente que me da una oportunidad y yo no la aprovecho. Por tantas posibles amigas que me han propuesto el salir o tomar un café y yo no accedo. ¿Cómo explico un miedo irracional? Noto que ... no lo sé. Es que no se explicarlo. Echo de menos muchas cosas, el llamar por teléfono y poder desahogarme a gusto con una amiga o amigo, la complicidad, el dejarse llevar... ahora no puedo. Vale, tengo a mi lado a Nacho, que es lo mejor de estos cinco años. Él solo ha conseguido inclinar la balanza a positivo, pero en noches como la de hoy echo de menos la Carol que fui. ¿Qué hago?
Por favor, tened paciencia conmigo.